Todo comenzó cuando fui a una discoteque donde había un especial de new wave en el año 2004. Fue ahí donde escuché por primera vez a Depeche Mode con su canción Enjoy the silence, al mismo tiempo viendo la proyección del video musical.
Después de esa fiesta comencé a averiguar y a conseguir música de ellos, enamorándome y encantándome cada día más de su estilo y su música.
Cuando me enteré de la venida de mi banda favorita a Chile, solamente me dediqué a juntar el dinero para la entrada a cancha vip o balcón preferencial. (así que a trabajar en el call center)
A penas abrí los ojos me levanté y me preparé para ir Club Hípico de Santiago. Era un día nublado, que concordaba perfectamente con el estilo de DM. Llegamos allá temprano, estaba llenísimo, había gente que hizo vigilia toda la noche. Haciendo la fila para entrar las ansias de que abrieran el acceso al recinto aumentaban al 100.
A lo lejos, pero muy muy lejos se podía observar el escenario, al fin abrieron las puertas recién a eso de las 4 de la tarde, y comenzó todo!
Corriamos a los puntos de control, durante el recorrido hacia el escenario era más grande mi emoción y las ganas de llegar rápido.
Llegamos a cancha vip, estaba todo muy relajado aún, pero al pasar las horas, era un verdadero mar de gente, estuvimos de pie unas 4 horas, esperando el comienzo del show de la banda, mientras todos rogabamos al cielo que no lloviera.
A las 9 aproximadamente comenzó el concierto. Al escuchar los sonidos de la primera canción In Chains, la reacción de todos fue un grito de alegría. Era primera vez que asistía a un concierto masivo, y me impresionó la fuerza con que la gente se abalanza hacia el escenario, pero todo eso era secuandario ya que lo único que me importaba era escuchar cada uno de los sonidos de cada una de sus canciones en vivo y verlos ahí, y poder sacarles una foto o un video para el recuerdo de este gran evento de mi vida.
Las veces que habia visto el video de Never let me down again en mi casa o bailandolo en algún especial de DM, siempre me imaginé moviendo los brazos de un lado a otro al ritmo de esta canción, y vivirlo de manera real en el concierto, no sé, no puedo explicar con palabras lo que sentí, ahi, frente a Dave.
Disfruté al máximo de cada una de las canciones, en algún momento cerré los ojos para escuchar todos los detalles de la música que me envolvía por completo, era un sonido espectacular.! Quería que el tiempo se detuviera y tocaran toda su discografía, pero no era posible, tocaron 21 canciones dando término al recital con la canción Waiting for the night.
Ahora estoy tranquila, porque finalmente ví a mi gran banda favorita en vivo!
Fue realmente una experiencia inolvidale!
Cariños a Raúl Urtubia y Elizabeth Ramirez, que estuvieron en el concierto conmigo ese día.